Los coronavirus son virus cuyo material genético es ARN y presentan una envuelta lipídica con espículas que le dan aspecto de corona al microscopio, de ahí su nombre. Son por tanto virus encapsulados o envueltos, pero presentan una particularidad con respecto a otros virus de este tipo: son más resistentes en el ambiente. En sanidad animal hay varios coronavirus que producen enfermedades de importancia, y para los cuales se ha demostrado permanencia en el ambiente de hasta 28 días. Requieren por tanto de la aplicación de desinfectantes para su control, pues cuentan con una vía principal de transmisión por contacto directo pero otra secundaria por persistencia en superficies.

El SARS-CoV-2 es un coronavirus emergente que se identificó a finales del año pasado en la ciudad de Wuhan (China), y que se cree que procede de otros mamíferos y ha traspasado la barrera entre especies recientemente. El virus causa síntomas muy leves o inexistentes en gran parte de la población, pero en una minoría de casos puede dar síntomas febriles, dolor de cabeza, tos seca y dolores musculares, o bien evolucionar a una neumonía atípica que puede resultar mortal. La letalidad de la enfermedad no se conoce bien en la actualidad, y se estima entre el 0,1% y el 5%, dado que la enfermedad cursa como asintomática en muchísimas personas infectadas y la prevalencia real de la infección en la población general es desconocida.

En el caso de SARS-CoV-2, virus causante de la enfermedad COVID-19, hasta la fecha teníamos poca información sobre la capacidad de transmisión por contacto indirecto (vía superficies) dado que evidentemente la vía más importante es el contacto interpersonal bien físico o bien por las gotitas expulsadas al hablar, toser o estornudar y su inmediata inhalación, pero poco a poco se van teniendo datos preliminares al respecto. Lo que se sabe hasta ahora es que es un virus muy estable en frío y que a 4ºC puede resistir semanas en superficies lisas. El calor lo inactiva fácilmente y a 75ºC su capacidad infecciosa desaparece en 5 minutos. A temperatura ambiente (22ºC), su capacidad de supervivencia en diferentes materiales es variable. En cartón y madera mantiene su capacidad infecciosa 24 horas, 4 días en cristal o billetes de banco, y 7 días en plástico o metal. Otras publicaciones, basadas en la descontaminación del crucero “Diamond Princess”, aumentan esta cifra hasta 17 días.

Es comprensible por tanto que la desinfección de edificios públicos, áreas comunes, estaciones de medios de transporte público de toda clase, y en general de todo aquello susceptible de haber recibido las pequeñas gotitas procedentes de toses o estornudos por los que el virus se propaga y de ser tocados por las manos de otra persona después sea de gran importancia para cortar la vía de transmisión secundaria que parece poder jugar un papel importante en esta pandemia, y sobre todo para evitar rebrotes después por el periodo de resistencia del virus.

¿Es el Coronavirus muy resistente frente a los desinfectantes?

La fórmula de Zotal lo fulmina sin problemas.

Los coronavirus son virus pertenecientes al grupo de los virus encapsulados o envueltos.Al contrario de lo que puede sugerir esta denominación, los virus encapsulados son mucho más sensibles a las condiciones ambientales y a los desinfectantes que los virus no encapsulados. ¿Por qué? Debido a la naturaleza de estas envueltas.

Un virus no encapsulado presenta al exterior su capa proteica. Las proteínas son una estructura química bastante estable, que solo se desnaturaliza (pierde la forma) por el calor o por determinadas sustancias químicas como los aldehídos. Para inactivar un virus de este tipo hay que usar una sustancia química que dañe a las proteínas que le dan forma o al material genético que está dentro (lo cual hacen los liberadores de oxígeno, el hipoclorito o el yodo, entre otros).

Sin embargo, los lípidos o grasas que rodean a un virus encapsulado son muy inestables, y les afectan tanto el calor como numerosas sustancias químicas que simplemente disuelven dicha membrana. Tensioactivos o jabones, disolventes, alcohol, cloroformo y muchas otras. Además de esto, esos virus son igualmente inactivados por los desinfectantes que son efectivos frente a los virus no encapsulados y que atacan a las partes proteicas o al material genético.

En conclusión, pese a lo que indica su nombre, los virus encapsulados son por lo general mucho más fáciles de eliminar del ambiente que los no encapsulados. Es por ello que su transmisión suele estar más ligada al contacto directo entre personas. En ese sentido, SARS-CoV-2 es más resistente a las condiciones ambientales pero sensible a los desinfectantes como Zotal D Y Zotal Zero aroma limón.

¿Cómo se han testado Zotal Zero y Zotal D?

En laboratorio independiente en abril de 2020.

El ensayo se finalizó el pasado 14 de abril en un laboratorio independiente acreditado, entidad independiente y uno de los pocos laboratorios con capacidad técnica para realizar ensayos con virus en España.

ZOTAL-D y ZOTAL ZERO, en condiciones sucias y con un tiempo de contacto de 30 minutos, a las concentraciones de 5% 2,5% y 1%, poseen actividad virucida frente a Coronavirus 229E como subrogado de SARS-CoV-2, cuando se evalúa la actividad de acuerdo con el procedimiento interno DESIN-6225 basado en la norma EN 14476: 2014 + A2: 2019